Apenas lo puedo creer, el año está a punto de terminarse y apenas me dio tiempo de darme cuenta.
La verdad que 2022 es un año que vino a sorprenderme… y no de una manera que yo estaba esperando. Y no, no es queja; pero al menos que alguien me lo hubiera advertido.
Bien dicen por ahí que de los malos tiempos o malos ratos es dónde podemos sacar mucho aprendizaje y justo así es como concibo este 2022, como un año de grandes retos y muchos fracasos, pero el de más aprendizaje… y con eso me quedo.
Hoy 25 de Diciembre quiero agradecer mucho a Dios por todo lo que me permitió en este año; no solo las bendiciones, también los fracasos, los aprendizajes, las alegrías y alguna que otra tristeza. En fin de todo se aprende y se saca provecho.
La vida se resumiría en desperdicio, si no aprendemos de cada acontecimiento, no importa si es bueno o malo; ¿Aprendiste algo a través de ese acontecimiento? Si la respuesta es SÍ, entonces no hay fracaso.
El día de ayer lo pasé en familia, la de sangre y la adquirida; me voy con la satisfacción de ver a mi mamá feliz y disfrutando de un buen rato. Ojalá Dios me permita seguir disfrutándola por muchísimos años.
Queda solo una semana de este año y no puedo dejar de sentir mucha nostalgia… Es cierto, no ha sido el mejor de los años, pero SÍ en el que más he aprendido… y eso también se agradece mucho.
Feliz Navidad
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